Asistencia del Delegado del Gobierno a los actos del aniversario del atentado terrorista contra el Cuartel de la Guardia Civil de Calahorra.
21/03/2009
§ José Antonio Ulecia estima que la unión y colaboración de los ciudadanos convierte a Calahorra en una referencia en la lucha antiterrorista.
El Delegado del Gobierno, José Antonio Ulecia, ha asistido hoy en Calahorra, a los actos del primer aniversario del atentado terrorista contra el Cuartel de la Guardia Civil de esta localidad,organizados por la Asociación de Comerciantes de Calahorra.
Los actos han comenzado a las 17.30 horas, con una misa oficiará en la Parroquia de los Santos Mártires. A continuación, José Antonio Ulecia, junto con comerciantes y autoridades se han desplazado hasta la zona del atentado. Allí, la presidenta de la asociación Calahorra Ciudad Comercial, Concepción Espinosa, y uno de empresarios afectados por la explosión cortaron la cinta de inauguración de la reurbanización de la calle Constitución y Pasaje de los Santos Mártires. Durante el acto, ha tenido lugar una exposición de fotografías sobre la recuperación de las calles afectadas por el atentado, con el titulo “Los últimos 365 días en la zona cero”, organizada por los comerciantes afectados por el atentado.
El atentado que ahora se conmemora, tuvo lugar el 21 de marzo de 2008, que coincidió con la festividad de Viernes Santo y consistió en la colocación de un coche bomba cargado con 70 kilogramos de explosivos, en la calle General Gallarza, en la trasera del cuartel de la Guardia Civil, por parte del denominado Comando Vizcaya de ETA. Se trataba del segundo atentado de la banda terrorista ETA al acuartelamiento de Calahorra. El anterior se había producido en diciembre de 1983, con la colocación de unos tres kilogramos de “goma-2”, que produjeron escasos daños.
El aviso de la colocación de la bomba del pasado año llegó al filo de la una y media de la tarde a la Asociación de Ayuda en Carretera “DYA” de Vizcaya y los agentes del acuartelamiento de Calahorra comprobaron pronto la veracidad de la advertencia. Las fuerzas de seguridad dispusieron de menos de media hora para acordonar la zona y advertir a los vecinos del entorno. Muchos fueron desalojados y otros apremiados a que debían alejarse hacia las zonas más seguras de las viviendas.
Afortunadamente, no se produjeron víctimas mortales ni heridos de gravedad, aunque los daños materiales fueron cuantiosos. En la zona del atentado, el panorama era desolador, con viviendas y comercios de las calles Achútegui de Blas, Constitución y Gallarza arrasados y otros, a varias manzanas de distancia, con daños visibles. Unas 350 viviendas quedaron afectadas en mayor o menor medida por la explosión, además de otros cien locales y 51 vehículos con daños. La Delegación de Gobierno en La Rioja recibió más de 600 solicitudes de indemnización. El procedimiento de realojo de los damnificados comenzó de inmediato, así como el proceso de reconstrucción y rehabilitación que se diseñó para la zona, y que culminó en octubre pasado.